Uno de los ecosistemas más impactados por acciones antrópicas y cambio ambiental ha sido el Bosque Seco Tropical, del que queda solo el 8%, es decir 720 mil hectáreas de las 9 millones que existían, según el informe “Biodiversidad 2015”, y añade que el “65% de las tierras que han sido deforestadas y eran bosque seco presentan desertificación”.
Son hábitat de numerosas especies de fauna y flora, entre ellas algunas endémicas, y guardan una gran riqueza genética, que incluso ha sido utilizada para la creación de fármacos. Además, tienen valor socioeconómico, pues proporcionan alimento y otros productos que usa el hombre, es fuente de bienes socioculturales religiosos y turísticos. También son importantes sumideros de carbono, regulan el clima, protegen los suelos, almacenan y liberan agua lluvia y freática, amortiguan el viento y el ruido excesivos, entre otros beneficios.
Es por eso que la pérdida de este ecosistema, no solo significa la desaparición de algunas especies de animales y plantas, sino también el desabastecimiento de servicios y productos básicos para las poblaciones.
La necesidad de conservar y restaurar el bosque seco tropical en Colombia, es urgente. La meta global es la restauración de 24 millones de hectáreas y a nivel nacional, se espera llegar a un millón de hectáreas restauradas a 2020. Y es por eso que bajo ese precepto, se construyó el Plan Piloto de Restauración de Bosque Seco Tropical que fue implementado en 142 hectáreas, pero que posteriormente busca ejecutarse en 11.079 hectáreas, en el área de influencia de la Hidroeléctrica El Quimbo, en los municipios de Agrado, Paicol, Gigante, Tesalia y Garzón, en el Huila.
Los resultados
El pasado 4 de mayo, se llevó a cabo el evento de entrega de resultados de este Plan Piloto, que contó con la presencia de las directivas de Emgesa, Fundación Natura. Parques Nacionales Naturales de Colombia y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA).
“Estamos convencidos que en este proceso generará líderes en un futuro inmediato, no solo en restauración ecológica, sino en propagación de especies nativas, administración de viveros, planificadores ambientales, ecólogos y mayor capacidad de profesores en escuelas locales”, resaltó Elsa Matilde Escobar, directora ejecutiva de la Fundación Natura.
Durante los cuatro años en que se puso en marcha el plan piloto (2014-2018) y se creó el centro de investigación de bosque seco tropical. En ese tiempo, se propagaron más de 214 mil individuos de 62 especies, 6 de ellas en categoría crítica o amenazada, según la UICN. Además se encontró una nueva especie de bromelia Pitcarnia huilensis, de la que se sembraron 600 plántulas. En este caso se utilizaron 55 estrategias de restauración para pastizales y otras para arbustales y bosques, mediante las que se sembraron 54.320 plántulas de 52 especies nativas.
Lucio Rubio, director general del Grupo Enel en Colombia, resaltó que “se ha seleccionado más de 11 mil hectáreas, que creíamos que era el área que mayor potencial tenia de restauración de Bosque Seco Tropical y lo que hemos hecho en este centro que hoy tenemos, es ver cómo se comportan esas especies nativas, cuánto tiempo tardan en germinar, en crecer y cómo es su posterior propagación ya adentro del Bosque Seco Tropical”.
Por otro lado, en el componente de fauna, se hicieron procesos de rehabilitación, especialmente con la Lora real (Amazona ochrocephala) y la Cotorra frentirroja (Psittacara wagleri). Se realizaron: 365 perchas, 150 empalizados, 150 emparrados, 450 agregados florísticos sembrados y 11 reservorios en mantenimiento.
Durante dicho evento, se firmó un memorando de entendimiento entre Parques nacionales Naturales de Colombia y Grupo Enel, con el fin de conservar los recursos naturales de áreas protegidas de la zona.
Ahora, la segunda fase del plan se concentrará en la intervención de 550 hectáreas de Bosque Seco Tropical, en los siguientes tres años. Además, para el 2024, se espera que más de 2.500 hectáreas estén restauradas.