Edgar Orlando Rodríguez Garzón tiene 33 años. En la actualidad y desde hace un año, se desempeña como operario del vivero de la Reserva Biológica Encenillo. Él es una de esas personas que, de manera anónima, apoya con su quehacer diario a la restauración de los bosques de Colombia, apoyando la producción de más de 50 especies nativas de bosque alto andino que serán usadas en la restauración de los predios adquiridos por EPM, para dar respuesta a las obligaciones de compensaciones que les fueron asignadas, por la construcción de la línea eléctrica Nueva Esperanza.
Edgar es uno de los habitantes de la zona que se vincularon a este proceso, ya que la comunidad es quien mejor conoce su territorio. Él ha vivido siempre en la vereda la Trinidad en el municipio de Guasca y fue elegido para ser parte del equipo operativo del vivero del convenio EPM – FN.
Es reconocido en su comunidad como una persona social y comunicativa, resalta en el equipo de trabajo por su curiosidad y responsabilidad. Su personalidad alegre y vibrante mantiene unido un equipo de trabajo cuyo quehacer es fundamental para la implementación de las acciones de restauración que realiza la Fundación Natura.
Este proceso se aprendizaje ha sido acompañado por el jefe de vivero, quién le ha enseñado labores relacionadas con: preparación de sustratos, embolsado, trasplantes, siembras, beneficio de semilla y actividades manuales para la adecuación de infraestructura del vivero. Adicionalmente, ha aplicado sus saberes tradicionales campesinos, fortalecido procesos de fumigación y fertilización de plantas, actividad que lleva a cabo.
La Fundación Natura, ha capacitado a él y sus compañeros, en temas de: primeros auxilios, prevención de incendios, seguridad vial, manejo de herramientas de alto riesgo y otros temas relacionados con seguridad y salud en el trabajo, conocimiento que aplica de igual forma, fuera de la reserva, en su comunidad.
Estos procesos de capacitación, formación y fortalecimiento de sus conocimientos, ha transformado la percepción que tienen sobre su quehacer, les da un estatus en su comunidad y les abre puertas para que puedan desempeñar otras actividades. En el caso específico de Edgar, esta formación es una oportunidad de mejora para sus actividades agrícolas, involucrar a su familia y aplicar su conocimiento en otros espacios laborales cuando lo requiera.
Esta es una muestra de la importancia de involucrar a la comunidad local en todos los procesos, pues incentivando su participación logramos un cambio en la percepción que tienen los habitantes locales sobre los recursos naturales y los servicios que ofrecen los ecosistemas.
Además, para la Fundación Natura es muy importante realizar un proyecto con calidad, pero sobretodo vincular a la comunidad, dejando capacidades instaladas, promoviendo la acción, generando conciencia y sentido de pertenencia sobre los procesos de intervención en campo, lo que asegura la permanencia de las acciones de restauración y conservación que se llevan a cabo en la zona.