Amenazas y riesgos para los procesos de restauración ecológica a gran escala en bosque seco tropical

La restauración ecológica (RE) es uno de los procesos más complejos, pero más acertados para mitigar los efectos que ha dejado el cambio climático. Es la apuesta, a nivel mundial, para la recuperación de los ecosistemas más degradados y destruidos, a través de la Década de la Restauración, iniciativa de la ONU que va desde 2021 hasta 2030.

Una de las implementaciones de restauración más grandes e importantes del país, es la que viene desarrollando Enel Colombia y Fundación Natura en la Central Hidroeléctrica El Quimbo, en el departamento del Huila. Un proceso que inició con un plan piloto de 140 hectáreas en 2014 y que se está escalando en una segunda fase para 11.079 hectáreas por 20 años. Parte de esta área de compensación se declaró en la Reserva Natural de la Sociedad Civil Cerro Matambo en 2017 y que a la fecha ya cuenta con 3.568 hectáreas declaradas como área protegida.

Como cualquier proceso de restauración, principalmente aquellos de tal magnitud, debe contemplar las amenazas y riesgos de origen natural y antrópico que pueden presentarse, para gestionarlos y asegurar a largo plazo las metas y objetivos planteados.

Así lo resaltan Adriana Tamayo-Quintana y Francisco Torres-Romero, en su artículo “Amenazas y riesgos de origen natural y antrópico que pueden afectar un proceso de restauración ecológica en el bosque seco tropical: estudio de caso Central Hidroeléctrica El Quimbo”. El primer estudio en el país que investiga estas afectaciones en un proceso de restauración y que podría contribuir a la gestión de riesgos y amenazas en diferentes áreas de restauración, compensación y conservación.

Las amenazas son “los procesos o fenómenos naturales o antrópicos, no controlables o parcialmente controlables, con suficiente intensidad en un espacio y tiempo específicos, que pueden causar daños (Keipi et al., 2005)”, y como riesgo se entiende a “la probabilidad de perdidas físicas, socioeconómicas y ambientales en un punto geográfico definido y en un tiempo específico, que está en función de las dos variables: amenaza y vulnerabilidad (Keipi et al., 2005)”.

Para esto se realizó un estudio que combinó resultados cualitativos y cuantitativos, que surgieron de: una revisión documental que permitió consolidar una matriz con un listado de amenazas; seguido de dos encuestas, una a un grupo de expertos del Plan de restauración de bosque seco tropical y otra a actores clave de los grupos de interés local, regional y nacional.

“Se identificaron un total de 75 posibles amenazas que pueden afectar los procesos de RE, teniendo 29 amenazas originadas por factores naturales, que para efectos de esta investigación se organizaron en cuatro categorías: atmosférico, geológico, hidrológico y socionatural, como lo propone Bernabé et al. (2014). Se registraron 46 posibles amenazas antrópicas distribuidas en seis categorías: biológica, humano, sociocultural, socionatural, sociopolítico y tecnológico, que pueden afectar en general los procesos de RE”, resalta el artículo.

Las amenazas encontradas se clasifican según su categoría y se identifica el nivel de amenazas de origen natural y antrópico, vulnerabilidad y categorización de riesgos. Entendiendo como vulnerabilidad a “la condición resultante de factores físicos, socioeconómicos y ambientales que aumenta la susceptibilidad de una comunidad o ecosistema a los impactos y amenazas, que a su vez son factores controlables (Keipi et al., 2005)”.

Los principales riesgos naturales identificados fueron: incendios forestales, sequía extrema y cambio climático. Los riesgos antrópicos más destacados fueron: ganadería no sostenible, invasión antrópica y aquellos relacionados con extracción y uso de recursos.

Después de analizar todas las amenazas y riesgos encontrados en el caso en estudio: en el área de compensación de la Central Hidroeléctrica El Quimbo y cómo estos pueden llegar a afectar el proceso de RE que se ejecuta allí, los autores proponen una serie de recomendaciones que resaltan la importancia de “formular, asignar recursos e implementar un plan de gestión de riesgos a lo largo de todo el proceso de RE y posterior a su terminación, para buscar sostenibilidad y conservación de las áreas intervenidas a futuro”.

Además, se enfatiza que dicha gestión del riesgo sea pensada y formada de acuerdo a las expectativas y necesidades que tienen las comunidades locales, lo importante que resulta fortalecer vínculos o articularse con actores locales e instituciones, diseñar un plan con perspectiva socioecológica de riesgos de forma periódica, entre otras.

Este artículo pone sobre la mesa un vacío que tiene el país al momento de evaluar o darle lugar al estudio de amenazas y riesgos durante la formulación, ejecución y seguimiento de un plan de restauración ecológica a gran escala. Deja en evidencia que la gestión de riesgos es un paso fundamental para asegurar el cumplimiento de metas y objetivos a largo plazo, del papel que juegan las comunidades locales en este proceso y de la contribución que trae durante planificación de una compensación ambiental.

“Mediante este trabajo se evidenció que las amenazas y riesgos de origen natural y antrópico a lo largo de los procesos de RE han sido poco estudiados y escasas veces son tenidos en cuenta en la planeación, financiación y desarrollo de los procesos de RE. Por lo tanto, las amenazas y riesgos no solo deben ser contemplados para la población humana y su bienestar integral, sino también para lograr el bienestar y la sostenibilidad de los ecosistemas, áreas de conservación en procesos de RE asistida y no asistida, como en el área de 11079 ha en proceso de RE de bosque seco tropical de la Central Hidroeléctrica El Quimbo”, concluyen los autores.

Este artículo publicado en la Revista Gestión y ambiente de la Universidad Nacional de Colombia, puede ser consultado aquí: https://revistas.unal.edu.co/index.php/gestion/article/view/102880/85897

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