Bosques, uso y producción sostenible

Cada año, el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques, una extensión similar a Islandia, según la ONU. Esto es una alerta para el mundo entero, pues más de 1.600 millones de personas dependen de ellos para sobrevivir, ya que proporcionan “alimentos, combustible y abrigo”. Además, “albergan al 80% de las especies animales y vegetales”, lo cual nos lleva a la reflexión de la cantidad de seres vivos del planeta que dependemos de ellos.

Entre los beneficios que generan los bosques se encuentran: proveen alimentos, proporciona agua limpia y segura, suministra materia prima para la construcción de muebles y edificios, sirve como recurso de fibras para elaborar telas, está presente en la fabricación de papel, puede reemplazar el plástico en algunos productos e incluso es importante en la medicina.

Pero el aporte más importante de los bosques está en la capacidad de capturar dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero, ayudando así a reducir la velocidad del calentamiento global. Considerando la gravedad de los impactos del cambio climático se hace necesario frenar la deforestación indiscriminada y buscar alternativas que logren establecer pautas para un aprovechamiento sostenible en las zonas en donde ello sea viable.

Cada 21 de marzo se celebra el Día Internacional de los Bosques, en este 2022, bajo el lema “Bosques, consumo y producción sostenible”, la ONU hace un llamado a seguir uniendo esfuerzos para que la madera que usemos sea certificada y por ende se garantice que proviene de un aprovechamiento sostenible.

“Cuando hablamos de producción de madera sostenible, nos referimos a poder aprovecharla sin generar una amenaza, para que ese bosque pueda seguir en pie, se recupere y produzca nuevamente madera. Aprovecho el árbol, trato de generar la menor cantidad de desperdicios y espero un tiempo mientras el área que aproveche se recupera y se sigue repitiendo el ciclo. Eso es aprovechamiento sostenible de la madera”, explicó Gustavo Segura, Jefe de proyecto de Fundación Natura.

Colombia, por ser un país con gran biodiversidad y extensas zonas de bosques, tiene un gran potencial para la producción de recursos forestales maderables. Existen un sinnúmero de especies apetecidas en los mercados nacionales e internacionales, claramente, elegir una u otra especie dependerá del uso que se le quiere dar, por esto es importante conocer su comportamiento individual y su interacción con otras especies, comentó Gustavo Segura.

Luego de la Declaración de Río 1992 sobre el Medio Ambiente, nace la certificación forestal, estableciendo estándares para garantizar que la madera y otros recursos no maderables en los bosques se utilice de manera sostenible. A través de dichos estándares y los sellos que estos otorgan, es posible identificar que los manejadores de bosques, transformadores y comercializadores, además de cumplir la normatividad nacional relacionada con la actividad forestal generan beneficios ambientales, sociales y económicos que impactan su actividad y las comunidades en su entorno.

Tales sellos tienen un costo que implica, para quien este interesado, que se puede elevar el costo de producción y pueda en algunos casos generar un aumento en su precio final. Por tanto, algunos de los productos certificados pueden estar en desventaja frente a otros productos que no necesariamente cumplen con la normatividad nacional. “Estos productos entran a competir con otros que no tienen certificación. Lo más barato no necesariamente es lo más responsable”, destacó el Jefe de proyecto.

“La certificación forestal en Colombia se ha promovido. Es una posibilidad que puede ayudar a conservar los bosques, ante la ausencia de políticas que promuevan otros esquemas de aprovechamiento y conservación de los bosques. Además, tenemos un gran potencial en maderas finas, otras que se desconocen sus usos y productos no maderables que pueden ser usados en distintos sectores y generan beneficios para las comunidades o manejadores de los bosques”, sostuvo Segura, quien además añadió que estos estándares garantizan la trazabilidad en la cadena de producción, para conocer el origen y el proceso la madera, basados en registros y sistemas de información.

No obstante, según Segura, pese a que en el país el tema de la certificación no es nuevo y data de hace más de más de 25 años, “existe la misma problemática que tenemos con la deforestación y es que no hay un mensaje claro desde las entidades competentes en cuanto a la promoción de esquemas de aprovechamiento responsable, se han hecho valiosos esfuerzos, pero es necesario que las políticas hacia el sector forestal promuevan un aprovechamiento forestal sostenible, donde la certificación forestal puede convertirse en un valioso aliado”. Además, considera que los bosques ya son mucho más que madera y, con esquemas como pagos por servicios ambientales, proyectos de Carbono, turismo y aprovechamiento de recursos no maderables, se puede complementar el aprovechamiento racional del bosque y generar mayores beneficios.

Por otra parte, Leiber Peñaloza, Jefe de proyecto de Fundación Natura, asegura que en el país no existe un aprovechamiento de bosques nativos que cuente con esquemas de certificación ya que se carece de un marco legal que lo permita, tampoco existen paquetes tecnológicos que aporten el conocimiento forestal para llevar a cabo un manejo sostenible y el costos de las tecnologías para extraer la madera sin generar impactos ambientales negativos  es alto; pero lo que sí se viene haciendo es el aprovechamiento sostenible de bosques plantados,  con pino, eucalipto, melina  y teca.

“En Colombia no hay acuerdos para hacer aprovechamiento o uso maderable de bosques naturales, en ese caso no se puede hablar de aprovechamiento responsable. Hasta ahora, producir madera sostenible es posible únicamente con plantaciones exóticas. No hay estudios ni protocolos tecnológicos que permitan hacer aprovechamiento con especies nativas”, explicó Peñaloza.

Destacó, adicionalmente, la conveniencia de aprender del manejo sostenible de las plantaciones forestales para identificar alternativas que permitan el aprovechamiento de los bosques nativos de una manera sostenible, en donde se protejan los recursos naturales y se estimule el desarrollo social priorizando las oportunidades económicas a las comunidades asentadas en o cerca de estas áreas con bosques naturales.

Así mismo, ratificó la importancia de garantizar a los consumidores de productos elaborados con madera que estos provienen de bosques o plantaciones sostenibles. Algunos estándares otorgan sellos de certificación forestal sostenible y de cadena de custodia que son útiles para demostrarlo, entre ellos se encuentran: Forest Stewardship Council (FSC), Programa para el Reconocimiento de la Certificación Forestal (PEFC), verificación de madera legal y Sello Ambiental Colombiano (SAC).

“La madera proveniente de plantaciones forestales ya es certificada en el país, pero el aprovechamiento de bosques naturales requiere de pautas de manejo que están pendientes de ser definidas en un marco legal”, concluyó Leiber.

Teniendo en cuenta los múltiples beneficios de los bosques se debe promover su conservación, aunque también se debe evaluar en qué casos y bajo qué condiciones pueden ser una oportunidad para aprovecharlos haciendo extracción de madera. En caso de construirse un marco legal que lo permita, se deben diseñar y utilizar mecanismos que garanticen el uso racional, minimizar los impactos negativos, verificar la reposición de árboles y asegurar la sostenibilidad del bosque y de sus funciones ecológicas en el tiempo.

 

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