Los agricultores y monitores del clima de los municipios de Betulia, Zapatoca y San Vicente de Chucurí (Santander), son convocados cada año a un encuentro donde comparten experiencias y desarrollan ejercicios agroclimáticos basados en los datos recolectados por las familias vinculas al proyecto Monitoreo climático participativo.
Este año se llevó a cabo durante el 5 y 6 de diciembre, reuniendo 71 personas que socializaron tres temáticas durante la jornada: 1., ¿cómo comunicar de forma asertiva la idea de participar en el monitoreo a otros productores de la región y del país?; 2. ¿cómo sacar promedios y hacer análisis estadístico con los datos que recolectan todos los días?; y 3. se realizó una socialización de los conceptos que abarca la ciencia ciudadana.
Estos espacios son enriquecedores para los monitores y fortalecen el componente social del proyecto, que ha sido clave para su implementación. “Durante el encuentro pudimos compartir e intercambiar conocimientos valiosos sobre el clima y sus diversas variables. Además, fue satisfactorio reencontrarme con amigos monitores a quienes no veía desde hace un tiempo. Fue una excelente experiencia que me dejó con aprendizajes significativos”, afirmó Branfor Corzo López, monitor de la vereda Barro Amarillo en San Vicente de Chucurí.
Sumado a esto, permiten conocer las expectativas que tienen los monitores, como María Esperanza Gil Calderón de la vereda La Plazuela en Zapatoca, quien espera ahondar en el concepto de ciencia ciudadana y algunos principios que ella menciona: “vincular a las personas, profundizar un resultado científico, beneficiar a los participantes, habilitar condiciones para mejorar la participación, facilitar la información, democratizar la ciencia, preferir los datos públicos, reconocer responsablemente sus participantes, evaluar sus diversas dimensiones y considerar aspectos legales, culturales y éticos. Todo esto basado en los trabajos que nosotros como comunidad estamos realizando, que nos favorece y ayuda nuestros cultivos”.
Por su parte, Branfor espera que en el próximo encuentro traten temas sobre el calentamiento global. “Creo que sería muy interesante profundizar en ese aspecto y entender mejor sus implicaciones. Estoy interesado en otros temas relacionados con el clima y sus variables”.
Adicional a los ejercicios técnicos del encuentro, la jornada permitió contar con un espacio para socializar entre la comunidad y el equipo técnico, lo que ha sido este año, la participación y el alcance del proyecto, pues la reactivación del componente social fue clave y logró incrementar el número de monitores, ampliar el rango de cobertura de la información y masificar los resultados que se están generando.
“Cumplimos con todas las metas propuestas, recogimos el 100% de registros en las unidades de monitoreo agronómico, tanto para cacao, café y tabaco, y recogimos más del 90% de los datos meteorológicos. Tuvimos algunas dificultades en una estación, pero no fueron relevantes a la hora de construir la información meteorológica, por lo tanto, tenemos claridad del comportamiento agrometeorológico de la zona en el año 2023”, afirmó Andrés Rueda, Jefe de proyecto.
Estos resultados positivos han hecho que el proceso sea acogido en la región y lo deja claro la encuesta realizada a inicio de año, donde las familias dieron a conocer una evaluación positiva del desarrollo del proyecto, la investigación que se está haciendo y el trabajo social, técnico y de comunicación de esta iniciativa de ISAGEN y Fundación Natura.
De hecho, monitores como Branfor y María Esperanza coinciden en que fue un año diferente y complejo referente al clima, sin embargo, los conocimientos adquiridos en capacitaciones, encuentros y talleres han fortalecido sus capacidades. “Un aspecto destacado fueron tres aguaceros con más de 100 milímetros en pocas horas. En cuanto a nuestros predios, lamentablemente, se vieron perjudicados por las vías afectadas, pero nuestros cultivos, que son principalmente de pasto, afortunadamente no tuvieron problemas ni impactos negativos”, aseguró Branfor.
Mientras que María resaltó que “desde 2016 estamos tomando apuntes de monitoreo y notamos que las variables este año fueron totalmente diferentes. Tuvimos grandes cosechas al inicio del año porque tuvimos lluvias suficientes y continuas, a pesar de la humedad que ocasiona enfermedades en el cacao como la Phytophthora y la monilla, pero eso es superable cuando nosotros aprendemos a manejar los cultivos y conocer cómo se comporta el clima, así podemos hacer los controles fitosanitarios y de podas”.
De esta forma la comunidad, ISAGEN y Fundación Natura culminan un año con resultados y avances positivos. También esperan que 2024 sea un año con nuevos retos, que más allá del registro de información, se evidencie un proceso de capacitación para los monitores y una posibilidad de crear indicadores significativos que evidencia cómo esta estrategia está sumando a la rentabilidad de las fincas agricultoras de Santander.