Para Branfor Corzo, su día inicia antes que salga el sol justo a las 4:OO am, pues la pasión que tiene por su trabajo y sus animales no dan espera. El bramar de sus vacas son el mejor despertador y no existe mejor lugar en el mundo que su finca Berlín, ubicada en la vereda Barro Amarillo del municipio San Vicente de Chucurí (Santander).
A sus 55 años, se siente un hombre realizado, pues Berlín le ha dado la oportunidad de hacer sus sueños realidad, ya que desde muy niño se despertó su pasión por la ganadería y la veterinaria, pero por falta de oportunidades no pudo realizar estudios profesionales, . por lo que desde entonces aprovecha cada oportunidad para adquirir nuevos conocimientos relacionados al sistema agropecuario.
Él es un claro ejemplo del hombre Santandereano, trabajador, sencillo y honesto. Tiene un acento marcado, un tono de voz fuerte y sus manos se mueven con vehemencia al expresar el amor que siente por su esposa Patricia Torres y sus hijos Carlos Andrés y Johan Sebastián, con quienes comparte sus aprendizajes y pasiones.
Las labores en su finca se dividen entre el cuidado y ordeño de sus vacas, su cultivo de cacao y su pastizal. Actividades que realiza diariamente con la ayuda de sus dos hijos, quienes aprovechan para poner en práctica las enseñanzas de su padre.
Branfor, cuando se trata de adquirir nuevos conocimientos siempre está dispuesto, pues desde joven se caracterizó por su ingenio y entusiasmo en aprender, motivo por el cual, desde el mes de junio del 2016, decidió vincularse en la estrategia de Monitoreo Climático Participativo, desarrollada por ISAGEN y Fundación Natura.
“Me ha parecido muy bueno este proyecto, he aprendido sobre el clima y su influencia sobre nuestros cultivos. Aprendí a identificar los meses de lluvias y los meses secos, los cuales relaciono con mi cultivo de pasto, por lo que se, que en tiempos de lluvia tendré una muy buena calidad de pasto, pero en tiempos secos debemos racionarlo y no permitir que se lo coman todo, ya que es difícil que vuelva a crecer pronto. En este clima el pasto dura más o menos 45 días en recuperarse.” Manifiesta Branfor Corzo.
Por medio de este proyecto, los participantes aprenden a realizar el registro y análisis de datos meteorológicos, tomando nota de las diferentes variables climáticas en sus fincas y, con base a los datos recolectados, aplican acciones necesarias para aumentar la productividad de sus cultivos.
“El 27 de febrero del año pasado, registramos en mi finca el aguacero más grande de todo el año, tuvimos precipitaciones de 245 mm, ese día me vi afectado ya que mi finca presentó derrumbes, lo que me dio una señal de alerta ante próximos eventos, ya que pude identificar la zona más vulnerable en tiempo de fuertes lluvias y así evitar pérdidas significativas de mis animales y poder tomar acciones frente a este acontecimiento” relató Branfor Corzo.
Para este padre y productor, transmitir sus conocimientos a sus hijos es todo un placer, pues le gusta que se instruyan y más cuando se trata del beneficio de la familia y de su hogar: su finca Berlín. Toda la familia Corzo sabe realizar el registro meteorológico, en ocasiones se turnan, pero lo que sí es seguro es que nunca fallan, pues esta actividad hace parte de su cotidianidad gracias a su padre, quien les enseño y trajo a casa este proyecto que han desarrollado durante cuatro años, con dedicación y amor por su territorio.
Esta información hace parte del “Programa para atender la percepción de la comunidad acerca de posibles cambios microclimáticos ocasionados por el embalse Topocoro” y el Proyecto de Monitoreo Climático Participativo en el área de influencia de la Central Hidroeléctrica Sogamoso, desarrollado mediante el convenio 47-681 entre ISAGEN y Fundación Natura.