Cerrando su primer año de implementación, el proyecto Red Nacional Interétnica de Mujeres para la Defensa del Medio Ambiente, financiado por el Fondo Noruego para los Derechos Humanos y ejecutado por Fundación Natura, avanza con logros importantes para el cumplimiento de objetivos, como la cohesión para el trabajo articulado, la sororidad, la fuerza y la multiculturalidad, que se unen desde la diversidad para trabajar en un objetivo común: cuidar la casa grande.
Es así como del 26 al 28 de agosto del presente año, se realizó un encuentro en Quimbaya, Quindío, con las integrantes de la Red, provenientes de 29 municipios diferentes del país, en el que, las participantes a través de un proceso creativo desarrollaron piezas de comunicación, en las que pusieron a prueba la observación, creatividad e imaginación para la tranmisión de mensajes por medio de diferentes lenguajes.
A través de una orientación presencial, materiales y guías, las mujeres fueron construyendo productos donde daban a conocer la actualidad ambiental de sus territorios, el trabajo que realizan con las comunidades, la motivación que tienen para movilizar en pro del ambiente o una invitación a participar de eventos e iniciativas en sus municipios.
“Este fue un momento para ponerse de acuerdo sobre las perspectivas de trabajo colectivo a futuro, en el corto, mediano y largo plazo. La misión, la visión y las líneas estratégicas de este colectivo, encontrar puntos en común de este tejido diverso”, manifestó Milena Morales, jefa de proyecto.
En un contexto de confinamiento y después de restricciones para las reuniones presenciales, el proyecto se ha venido implementando por medio de diferentes plataformas, sin embargo, para este cierre se tuvo la oportunidad del encuentro presencial con todas las medidas de seguridad y autocuidado.
Esto con el fin de dar un aire, un nuevo impulso, una experiencia diferente a la virtualidad. “El encuentro cara a cara genera empatía, solidaridad y compresión de la realidad de la otra, que es diversa, que tiene una cosmología diferente a la mía, que vive y sufre el territorio de maneras diferentes y que proviene de un lugar posiblemente muy diferente al mío. Esta compresión solo se logra en el encuentro íntimo, que se puede dar en la presencialidad”, explicó Milena.
Este encuentro realizado en la pequeña Granja de Mamá Lulú fue de motivación para cada una de las mujeres, ya que se pretendió replicar la forma de comunicar una idea y generar una narrativa a través de sus propias palabras, basada en las problemáticas de su entorno, dejando “una sensación cada vez más fuerte de estar juntas frente a una tarea que es titánica, una sensación de no estar tan solas”, añadió Milena.
Por otro lado, se destaca que la Red nacional interétnica de mujeres por la defensa del ambiente, es un proyecto activo, participativo y de construcción colectiva. “La participación de las mujeres vinculadas al proyecto es vital, el proyecto lo hacen ellas. Hemos ido aprendiendo en el camino sobre cada una de sus iniciativas, y a partir de ahí, cuáles son sus fortalezas, qué pueden aportar a las otras y qué aspectos tienen por apropiar”, destacó la jefa de proyecto.
De cara al futuro, para Milena se esperan “apuestas más claras de hacia dónde transitar en el mediano plazo”, ya que se han cumplido varios logros durante el presente año, como un proceso de capacitación en medios de comunicación alternativa que se cerró con el encuentro presencial y un documento construido de manera participativa sobre los obstáculos que enfrentan las mujeres en los escenarios de gobernanza y participación; además de ir acercando aliados en diferentes sectores que fortalezcan a la Red, pero además que las lleve a poner en la agenda pública sus preocupaciones por el entorno natural y mostrar las soluciones que vienen gestando.