En el marco del debate internacional que existe actualmente sobre el cambio climático, se llevó a cabo la XI convención internacional sobre medio ambiente y desarrollo en la capital de la republica cubana.
La Agencia del Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente del país soberano insular, abrió un espacio, del 3 al 7 de julio del presente año, que permitió la promoción de cooperación entre los países asistentes, el intercambio de experiencias y prácticas sostenibles y la transferencia de conocimientos, así como el crecimiento económico sostenido e inclusivo, el desarrollo social participativo, la protección del medio ambiente y la dignidad del ser humano.
La Fundación Natura, en compañía de la empresa productora de energía ISAGEN, hicieron parte de esta importante convención, exponiendo algunas de las investigaciones realizadas desde el Proyecto de Monitoreo Climático, que surge del programa para atender las percepciones de la comunidad acerca de los posibles cambios microclimáticos ocasionados por el embalse Topocoro.
Con una ponencia oral, la Fundación destacó los avances científicos que se han logrado obtener en cuanto a la modelación de variables climáticas y agronómicas, que han permitido evidenciar la existencia o ausencia de alteraciones en el clima local de determinada región y el comportamiento fitopatológico y fenológico de los cultivos, debido a factores de naturaleza artificial, en este caso la Hidroeléctrica Sogamoso, tomando dos puntos de referencia temporal, el antes y el después de su llenado.
Dicha exposición fue llevada a cabo dentro el V Congreso sobre el Cambio Climático, que se dio en el palacio de convenciones de La Habana, y estuvo a cargo de Andrés Rueda, líder de proyecto y vocero de la Fundación Natura, quien comentó que la asistencia a este evento les permitió observar la naturaleza específica y novedosa que tiene la investigación que se realiza en el departamento de Santander.
¨Nos pudimos dar cuenta que había muchos factores que a manera regional y global afectan el comportamiento del clima local, entonces modelar a una escala tan pequeña esos factores influyen mucho en el desarrollo de los procesos, por ejemplo cómo los escenarios de variabilidad climática afectan nuestros modelos de una forma importante¨, expresó.
Entre los conocimientos adquiridos, Rueda resaltó el pragmatismo de algunos proyectos de adaptación agrometeorológica que podría aplicarse a futuro con las comunidades del área de influencia del proyecto, como lo son Girón, Zapatoca, Betulia y San Vicente de Chucurí.
¨En estos proyectos se llega al productor y se empieza a hacer un diagnóstico de la falencias en los sistemas de producción, además de observar los problemas que enfrentarían si no emplean estrategias de adaptación y empiezan trabajar de una vez en el fortalecimiento de esta labor de una forma práctica y mancomunada, esa adaptación sistémica de cada uno de esos componentes es lo interesante, encontrar el cómo dejan de ser conocimientos teóricos y empiezan a implementarse¨, agregó.
Como en las versiones anteriores, esta undécima convención reunió más de 60 países de los cinco continentes, destacando la importancia de enfatizar los debates en la necesidad de que la nueva agenda de desarrollo tenga un carácter universal e integral, conscientes de que no existe un único modelo o receta para el desarrollo.