Investigadores de Fundación Natura y de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) recomiendan a viveristas la reproducción de esta especie en la zona, para impulsar la restauración de ecosistemas.
BOGOTÁ, MAYO 15 DEL 2017. Durante una caracterización de especies arbóreas y de sus aportes a la conectividad del paisaje en predios agropecuarios del proyecto ‘Corredor Ecológico Vial Bogotá-Villavicencio’, una iniciativa financiada por Ecopetrol, investigadores de Fundación Natura y la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) encontraron una especie arbórea identificada popularmente en el oriente de Cundinamarca como ‘Palo Blanco’.
El hallazgo es importante porque, además de que no había sido reportada recientemente en la zona, se sabe que esta especie favorece la conectividad entre las pequeñas masas forestales que persisten dentro de sistemas agropecuarios.
Se ubicó en 13 de las 16 fincas estudiadas en Quetame y Guayabetal (Cundinamarca), tanto en predios en buen estado de conservación, así como en otros con alto nivel de deterioro por usos del suelo inapropiados.
El ‘Palo Blanco’ es una especie de difícil identificación en campo, por eso fue necesario remitir una muestra botánica a Henk van der Werff, botánico del herbario del Jardín Botánico de Missouri (Estados Unidos), quien identificó la muestra como Cinnamomum montanum (Sw.) Bercht. & Presl, conocida también como Cinnamomum triplinerve (R. & P.) Kostermans, de la familia Lauraceae.
El hallazgo constituye además un impulso la generación de conocimiento en el que están empeñados Fundación Natura y la UNAD a través del Corredor Ecológico Vial, y con la participación del semillero de investigación Juglans, que están consolidando un inventario de especies arbóreas dispersas en 32 fincas, algunas de ellas situadas en otros dos municipios de la provincia: Chipaque y Cáqueza (8 fincas en cada municipio).
Favorece la construcción de cercas vivas
El Palo Blanco es un árbol que crece en bosques húmedos de tierras cálidas y templadas donde alcanza los 18 metros de altura; su tronco llega a los 40 centímetros de diámetro. Su copa es redondeada de color verde oscuro brillante y sus hojas de forma elíptica se distribuyen de manera alterna y en espiral a lo largo del tallo.
Tiene flores pequeñas, blancas, agrupadas en racimos; sus frutos son carnosos, verdes, con forma de huevo y contienen una pulpa grasosa, amarilla y con varias semillas.
Teniendo en cuenta su persistencia como árbol disperso en sistemas productivos agrícolas y de acuerdo a conversaciones sostenidas con habitantes de la región, cuando el Palo Blanco se encuentra en época de floración es muy visitado por abejas, lo que lo hace una especie interesante para su uso en procesos de restauración de ecosistemas y la implementación de sistemas apícolas.
Así mismo, la especie ha sido muy apetecida por los campesinos de algunas fincas para desarrollar cercas vivas por su rápido crecimiento y porque atrae a varias especies de pájaros que se alimentan de sus frutos.
No se reproduce con frecuencia en viveros
A pesar de todos estos beneficios, en los viveros de la región no es común encontrar esta especie, por cuanto los viveristas prefieren trabajar con especies de uso tradicional y de mayor demanda para proyectos de reforestación como el guamo, el cajeto, el floramarillo, el cedro, entre otras.
Por esta razón, Fundación Natura ha recomendado a las autoridades locales de Quetame y Guayabetal tener en cuenta a esta especie en futuros proyectos relacionados con la protección y recuperación de ecosistemas, avanzar en el conocimiento de los aspectos relacionados con su manejo silvicultural y promover entre los dueños de viveros su inclusión como una especie fundamental dentro de su oferta productiva.