El monitoreo es fundamental para evidenciar los avances de los procesos de restauración ecológica, contribuye a evaluar el éxito y la efectividad de las estrategias de utilizadas, revela fallas y permite emprender acciones de manejo adaptativo oportunas para orientar la toma de decisiones.
Desde la primera fase de ejecución del Proceso de restauración ecológica de bosque seco tropical de la Central Hidroeléctrica El Quimbo, el componente de monitoreo ha estado presente transversalmente y ha sido clave para determinar cuáles de las estrategias y especies implementadas en los escenarios de restauración, son más efectivas.
El monitoreo de un ecosistema en recuperación requiere continuidad por varios años, e incluso décadas. Por ello, en cada una de las fases del proceso de restauración a gran escala de 11.079 hectáreas de bosque seco tropical, Enel Colombia y Fundación Natura han contado permanentemente con un equipo calificado y capacitado para la recolección, registro, revisión y análisis de datos, cuyos resultados guiarán la planificación futura y la implementación de estrategias de restauración.
Desde 2014, con la ejecución de la Fase I del Plan piloto, y durante el desarrollo de la Fase II, iniciada en 2018, un equipo multidisciplinario se ha dedicado a evaluar el desarrollo de los individuos monitoreados en estrategias de restauración asistida. Este seguimiento se enfoca en su supervivencia, estado fitosanitario, crecimiento y la aparición de especies establecidas naturalmente en el ecosistema, un proceso conocido como reclutamiento.
Durante esta década el monitoreo en campo, a través de la toma periódica de datos, ha cumplido un papel fundamental, y ha permitido evaluar la efectividad ecológica de las estrategias de restauración asistida, el desempeño de las especies sembradas, la productividad y la regeneración de las diferentes coberturas del ecosistema.
Para mediados de 2024, se han monitoreado 67.566 árboles de más de 60 especies nativas, registrando 1.543.778 datos relacionados con su supervivencia, crecimiento (diámetro a la altura de la base – DAB), altura, adaptación y fenología, desde la Fase I del Plan piloto hasta la Fase II, etapa II, los datos incluyen: 439.553 registros de supervivencia, 312.346 de crecimiento DAB, 312.346 de altura, 439.553 de adaptación y 39.980 de fenología. Además, se realizan monitoreos visuales con registros fotográficos en puntos de control, el uso de drones y análisis de cambio de coberturas mediante imágenes satelitales.
Esta sólida base de datos ha servido como insumo para el desarrollo de 49 investigaciones de estudiantes de universidades nacionales como la Surcolombiana, del Cauca, Distrital, del Tolima, Nacional, Javeriana y Externado, así como de universidades internacionales; que han permitido la publicación de 16 artículos científicos y un libro.
Esto contribuye no solo al avance de los procesos de restauración ecológica del bosque seco tropical y al cumplimiento de las medidas de compensación ambiental, sino también a la generación y aplicación de nuevo conocimiento.