El programa de voluntariado en viverismo en la Reserva Biológica Encenillo, como un espacio para la consecución de apoyos que permitieran dinamizar las actividades operativas que demanda la propagación de especies nativas, para la restauración ambiental, en el marco del convenio EPM – FN – PNN, que se abrió a los interesados el pasado mes de febrero.
Dentro de las actividades que llevan a cabo los voluntarios están: el beneficio de semillas, la organización del material en las áreas de crecimiento, la preparación de sustratos, llenado de bolsas y tubetes, acompañamiento para recolección de semillas y/o rescate de plántulas, apoyo en el riego y fumigación, y limpieza de materia vegetal.
27 personas se han postulado como voluntarios y 13 han realizado de manera efectiva el programa, siendo los principales interesados: estudiantes de ecología, biología e ingeniería ambiental. Profesionales y estudiantes de otras áreas han participado del proceso, entre ciencias políticas, ingenierías y artes.
Natalia Ramírez, estudiante de ingeniería ambiental resaltó que lo que más le gustó de la experiencia como voluntaria en el vivero de la Reserva Biológica Encenillo, fue “haber participado en cada una de las fases que constituyen el proceso de producción de plantas nativas, como lo son el beneficio de semillas, la germinación y el trasplante de plántulas. Esto fue muy importante porque pude aprender en detalle qué se necesita para que cada fase sea un éxito, y así se generen plantas saludables que puedan ser utilizadas para restaurar nuestros valiosos ecosistemas alto andinos. Adicionalmente, no sobra resaltar que las personas que trabajan en el vivero y que me guiaron durante el voluntariado, son muy amables y generan un ambiente de trabajo positivo y agradable”.
Por otra parte, Nicolle Olsen, politóloga señaló “encontrar un lugar donde aprender y aproximarme a la conservación, donde poder aportar mi ayuda y trabajo, estar en medio de un ecosistema maravilloso, y empaparme de todos los procesos y tareas que se adelantan en un vivero, desde la germinación hasta el trasplante de una planta. Todo es un aprendizaje en medio de un bosque maravilloso”.
Para la Fundación Natura y para el equipo del convenio EPM – FN, el principal logro del proceso radica en el aporte al fortalecimiento de capacidades de quienes participan del voluntariado, así como de las personas que conforman el equipo del vivero. El intercambio de saberes y experiencias entre ambos grupos, nutre la experiencia de la propagación y ofrece nuevas formas en el desarrollo de las actividades que se llevan a cabo. Además, es una primera experiencia laboral para quienes recién concluyen su proceso de formación profesional. Por último, tienen la oportunidad de hacer investigación en tema asociados a la restauración vegetal de especies de nativas de alta montaña.