Los bosques de roble son ecosistemas que se pueden encontrar en los departamentos de: Antioquia, Bolívar, Boyacá, Caldas, Caquetá, Cauca, Chocó, Cundinamarca, Huila, Quindío, Risaralda, Nariño, Norte de Santander, Santander, Tolima, Valle del Cauca, Cesar y Córdoba, a 3200 metros de altura.
Su importancia radica en que son hábitats vitales de muchas especies de flora y fauna y, gracias a sus características, donde las principales son la humedad y la sombra, se pueden encontrar un gran número de especies de briófitos, líquenes, bromelias, orquídeas y helechos.
Este ecosistema, además de ser importante en términos biológicos, tiene una gran potencial en el desarrollo socioeconómico del país, gracias a los servicios que presta, por ejemplo en términos de oferta hídrica, sumideros de carbono, conservación de suelos, entre otros.
Es por todas estas razones, que los bosques de roble deben ser restaurados y conservados, más en un país que, según el Informe Mundial de Bosques de 2007 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ocupa el tercer puesto en consumo de leña de Suramérica. A lo que se le suma que, según lo registra la Política Nacional de Bosques de 1996, el departamento de Santander, para el año 2000, tenía un consumo de más de 600 mil toneladas al año; una cifra preocupante debido a la degradación en el ecosistema.
Es por eso que Fundación Natura, coherente con la misión de restaurar, conservar y proteger la biodiversidad, creó la Reserva Biológica Cachalú, ubicada en los municipios de Encino y Charalá (Santander), en donde antes quedaba una gran hacienda ganadera. Forma parte de uno de los últimos y mejor conservados relictos de bosque de roble, en esta parte del país y a la vez forma parte del corredor Guántiva-Iguaque, que agrupa 13 municipios de Boyacá y Santander.
Cachalú es un área de 11.700 hectáreas para la restauración, que después de más de 20 años, ha tenido como resultado la regeneración de vegetación en suelos que habían sido degradados por el ganado. En 1996 se declaró como zona protegida y Reserva de la Sociedad Civil, con el fin de proteger bosques andinos de roble en la cordillera Oriental.
Esta reserva es un lugar ideal para conocer un bosque, cuya vegetación está dominada por robles como el andino (Quercus humboldtii) y negro (Colombobalanus excelsa). Además de bromelias, orquídeas y el nacimiento del río La Rusia.
Otra de las actividades destacadas en Cachalú, es el avistamiento de aves. Con cerca de 256 especies (cinco endémicas), se pueden ver con facilidad: colibríes negros (Coeligena prunellei), changos de montaña (Macroagelaius subalaris), perdiz santandereana (Odontophorus strophium) y el endémico Colibrí Gorriazul (Amazilia cyanifrons). Gracias a esta variedad, es considerada un Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA).
La reserva tiene un Centro de Investigaciones ubicado en la casa antigua de la Hacienda Cachalú, adaptada para recibir 22 visitantes; instalaciones para preparar comida, vivero para propagar material de vegetación nativo y red de senderos para visitar el bosque y aprender sobre la fauna y flora de los bosques andinos de Colombia.
Más información: https://www.natura.org.co/reservas/reserva-biologica-chachalu/