En los procesos comunitarios donde se fortalecen capacidades, se genera información y se realizan acciones en predios privados, es importante contar con espacios de participación, intercambio de experiencias y lecciones aprendidas con las personas que se vinculan, con el fin de mejorar sus actividades productivas, aprender sobre la protección de los servicios ecosistémicos que usan y aportar en el desarrollo de la región.
Cada año, el Programa de monitoreo climático, reúne a las familias vinculadas al proceso, que aportan datos, conocimiento e información, para hacer un seguimiento a variables relacionadas con el clima y la agronomía de la zona de influencia del embalse Topocoro, que involucra los municipios de San Vicente de Chucurí, Betulia, Zapatoca y Girón (Santander).
En junio de 2024 se llevaron a cabo cinco talleres en los cuatro municipios, donde fue posible reunir a 125 personas que compartieron sus experiencias con el proyecto, en donde se resaltó la importancia de estos espacios y la colaboración comunitaria para enfrentar los desafíos climáticos y asegurar la estabilidad y productividad de los cultivos alrededor del embalse.
“El taller de socialización me pareció excelente y muy útil, ya que nos ayudó a integrarnos e intercambiar información sobre el clima y sus variables, esta información es muy importante para los cultivos. También aprendí que el fenómeno de El Niño es la fase cálida debido al calentamiento del océano Pacífico, mientras que, el fenómeno de La Niña es la fase fría causada por el enfriamiento del mismo océano”, aseguró Branfor Corzo, monitor de la finca Berlín en San Vicente de Chucurí.
Al igual que Yuli Andrea Garrido, monitora del mismo municipio, pero en la finca San Antonio, quien resaltó los aprendizajes relacionados con la temperatura, la humedad relativa, las precipitaciones, el fenómeno El Niño, La Niña, el monitoreo agronómico y el comportamiento del cultivo de cacao y café.
Durante la jornada se socializaron resultados y acciones del programa en 2023, así como el trabajo en parcelas y estaciones meteorológicas para el monitoreo, lo que dejó resultados cruciales para entender los fenómenos climáticos y su impacto en la agricultura de la zona colindante al embalse.
Esta información estuvo relacionada con el monitoreo participativo, donde fue posible contar con un incremento en la participación de las familias, pues “en diciembre de 2023 se encontraban vinculadas 76 familias de Santander que fueron fundamentales en la recolección de datos y en la implementación de prácticas adaptativas en respuesta a las condiciones climáticas observadas”, afirmó Andrés Rueda, Jefe de proyecto de Fundación Natura.
Los registros que resaltan son el fenómeno de La Niña en el primer trimestre del año, caracterizado por condiciones más húmedas y frías de lo habitual. Por el contrario, el segundo semestre estuvo marcado por el fenómeno de El Niño, el cual trajo consigo temperaturas más altas y condiciones más secas.
Por otro lado, los resultados relacionados al monitoreo agronómico estuvieron enfocados en: cacao, café y tabaco. Por un lado, “en el cacao se presentaron altos niveles de moniliasis, una enfermedad que afecta estas plantas. Sin embargo, tras la disminución del fenómeno de El Niño, la incidencia de la enfermedad se redujo considerablemente, estabilizando la producción. En el caso del café y el tabaco, se mantuvo estable la producción a lo largo de todo el año, sin cambios significativos atribuidos a los fenómenos climáticos observados”, agregó Rueda.
Esto permitió que monitoras como Cristina Serrano, de la finca Torolito del municipio de Betulia, aprendieran sobre los fenómenos observados durante el año y cómo se pueden presentar de diferentes maneras en cada país, también que el clima y los cultivos no se desarrollan igual en todas las zonas y que las variables climáticas pueden tener influencia sobre las enfermedades y plagas.
De igual forma ocurrió con Orfidia Díaz, monitora de la finca Villa Teo, en Zapatoca, quien resaltó las lecciones aprendidas, pero también las expectativas que tiene para finalizar el 2024 en el programa, pue espera “ser persona autogestora promoviendo los conocimientos y aprendizajes en la comunidad para adquirir cada día más información porque siempre habrá cosas nuevas por aprender”, aseguró.
Así, Monitoreo climático, un programa de ISAGEN y Fundación Natura, lleva más de una década trabajando estrechamente con las familias del departamento de Santander y las comunidades locales para mejorar las estrategias del monitoreo climático y agronómico, y en esa medida fortalecer las acciones de adaptación al cambio climático.