Con la participación de 13 estudiantes de la segunda cohorte de la Especialización en Restauración Ecológica de la Universidad del Tolima, procedentes diferentes zonas del Tolima, Neiva, Sibundoy (Putumayo) y Cundinamarca, se realizó, en el Centro de Investigación Attalea, la práctica académica y de intercambio de conocimientos y experiencias sobre los diferentes componentes que hacen parte del proceso de restauración a gran escala (11.079 hectáreas) de bosque seco tropical de El Quimbo, en el Valle alto del Magdalena.
El grupo estuvo conformado, en su mayoría, por ingenieros forestales egresados de la Universidad del Tolima, biólogos e ingenieros ambientales, quienes, durante tres días de jornadas de trabajo de campo, resolvieron inquietudes, participaron de exposiciones y recorridos por estrategias de restauración, en los que observaron de manera directa la forma como se articulan diferentes componentes para lograr las metas sobre propagación de especies nativas, diseño, implementación, mantenimiento y monitoreo de las estrategias de restauración ecológica, el trabajo con las comunidades y la apropiación social del conocimiento, entre otras.
Los orientadores de la práctica, con el liderazgo del ingeniero Francisco Torres, Jefe del proceso de restauración de El Quimbo desde Fundación Natura; destacaron aspectos para el éxito de la restauración ecológica como: la domesticación y propagación de especies nativas, la priorización de áreas y el diseño de las estrategias, el mantenimiento y monitoreo, y las estrategias de divulgación, articulación social, y de valor compartido, última a través de la cual se busca integrar a las comunidades locales a la restauración.
El último día de práctica académica, el grupo realizó un recorrido por uno de los viveros locales comunitarios que produce el material vegetal de especies nativas que se requiere para complementar el que se propaga en el vivero del centro de investigación y cumplir con las metas de propagación de especies destinadas para la siembras en las diferentes estrategias de restauración ecológica que se implementan en el área de compensación ambiental de la Central Hidroeléctrica El Quimbo.
En este espacio se conoció la experiencia de la Asociación Agroambiental del municipio de El Agrado, donde se observó la capacidad instalada y apropiación social del conocimiento como resultado de la implementación de la estrategia de valor compartido.
Así mismo, en el recorrido por el municipio, los estudiantes lograron observar el ejercicio de articulación social, en este caso con la Administración Municipal, a través de la exposición demostrativa en el parque central sobre técnicas de recuperación de árboles patrimoniales urbanos: poda, manejo fitosanitario nutrición-endoterapia, junto a apoyo de jornada de embellecimiento y ornato del parque principal.
“Desde que llegamos a conocer el proyecto e interactuar con el equipo, empezamos a adquirir conocimientos, vivir y evaluar todos los procesos que ellos han tenido en el estudio del bosque seco tropical, cómo han ido generando y ajustando teorías, teniendo en cuenta el área de estudio. La experiencia es gratificante, ya que los estudios en los bosques secos y las especies forestales, en el país han sido pocos, y aquí han sido pioneros, al dedicarle un tiempo más a la investigación, lo cual permite que al momento de hacer la implementación ya se puede tener una pequeña fórmula, una estrategia ya evaluada, que nos va a generar un mejor funcionamiento en las actividades”, resaltó Oscar Rodríguez.
Así mismo, para Diana Valencia “conocer todo el proceso de las compensaciones y específicamente el Plan de Restauración Ecológica en El Quimbo, para mí fue muy enriquecedor. Trabajo para una empresa privada que también desarrolla compensaciones, que también presenta propuestas, aunque no al nivel macro de esta Hidroeléctrica, y me llevo mucho conocimiento, muchas lecciones aprendidas, quiero realmente poder en los planes que se proponen a la Autoridad Ambiental, hacer las correcciones de acuerdo a las experiencias que tienen acá. Este es un proceso exitoso, se evidencia en campo, es algo que, si se puede ver, entonces para mí fue demasiado enriquecedor y quiero aprovechar todo lo aprendido”.
Como resultado de este tipo de prácticas académicas, se reafirma el propósito de hacer del intercambio de experiencias y conocimientos, como una posibilidad que fortalece los vínculos interinstitucionales y convierte el Centro de Investigación Attalea en un escenario propicio para construir criterio y conocimiento científico, en torno a la restauración de uno de los ecosistemas más amenazados del país.