“Cuando se ama el lugar donde fuiste y eres tan feliz, aprendes a cuidarlo y conservarlo”, María Teresa Pedraza, agricultora
María Teresa Pedraza es agricultora y en sus venas tiene la pujanza y fuerza que caracteriza a la mujer santandereana. Nació en el municipio de San Vicente de Chucurí y fue criada en la vereda Miradores de la Plazuela, ubicada en el municipio de Zapatoca.
Sus padres, Obdulio Pedraza y Clementina Barrera, campesinos orgullosos y comprometidos, se dedicaron a su territorio y a la crianza de sus 7 hijos, de los cuales María Teresa es la única mujer. De su infancia la acompañan algunos recuerdos que atesora, como: la presencia de su madre, las travesuras con sus hermanos y la tranquilidad que le transmitía el verde de las montañas que rodeaban su casa materna, junto al cantar de las aves por la mañana.
“De niña, descubrir lugares, ir a la escuela y ayudar con las labores de la finca, eran mis pasatiempos. Corríamos por estas verdes praderas y nos bañábamos en un aljibe que por años abasteció a mi familia y a otros vecinos más, mis padres y abuelos durante años utilizaron este recurso para los servicios de la casa y las labores cotidianas de los cultivos, pero con el tiempo dejamos de visitarlo y fue quedando en el olvido”, comentó.
Hoy en día, ella tiene 48 años de edad y se encuentra felizmente casada con Benjamín Ortiz, hombre con quien formó su hogar y tiene tres hijos: Edwin, Juliana y Esteban, motivos de orgullo y felicidad, pues son el reflejo de los valores que como familia transmitieron y que, aunque estén lejos de casa, tienen la certeza que están cumpliendo sus propios sueños.
Para María Teresa, seguir con el legado de sus padres y abuelos ha sido maravilloso pues, junto a su familia, disfrutan de su finca El Portal donde la rodean los mismos paisajes que la vieron crecer contemplando los colores que la cautivaron por primera vez.
El amor por el campo la ha llevado a participar en diferentes espacios donde se ha capacitado sobre el manejo de sus cultivos, jardinería y educación ambiental. A ella y a su familia, en definitiva, les llama mucho la atención los temas ambientales, motivo por el que actualmente tienen tres años de estar participando del Proyecto de Monitoreo Climático, que viene desarrollando ISAGEN y Fundación Natura, en el área de influencia de la hidroeléctrica Sogamoso.
Este proyecto, además de enseñarle a la comunidad a monitorear el clima de manera voluntaria para manejar adecuadamente los cultivos, los capacita mediante diferentes módulos temáticos para que reflexionen sobre la importancia de las prácticas que puedan consolidarse como estrategias de adaptación a escenarios de cambio climático, dentro de ellas han trabajado en temas de restauración ecológica como una proceso que, teniendo en cuenta las características de los ecosistemas que ellos habitan, pueden aportar al equilibrio de los mismos.
Es por esto que María Teresa y Benjamin, iniciaron la tarea de recuperar el aljibe que desde niña solía visitar junto a sus hermanos y el que recuerda como fuente de vida y felicidad, lo que hoy quisiera compartir con las nuevas generaciones.
Actualmente, esta fuente hídrica se encuentra en un proceso de restauración, gracias a su iniciativa de sembrar árboles comúnmente conocidos como caracolí, aro, y bore. “Cuando no sabíamos cómo conservar, pensamos que, si limpiábamos y realizábamos macaneo a la fuente, iba ayudarla, pero realmente nos ocurrió lo contrario, presentó deslizamiento y desde entonces decidimos que lo mejor era que naturalmente se formara y lo que hicimos fue sembrar árboles que ayudaran a conservar el aljibe”, resaltó María Teresa Pedraza.
Ahora se siente orgullosa de contar con el apoyo de su familia y comunidad, para seguir sembrando árboles que le aporten vida a su territorio. El poder participar de estos espacios donde es reconocida como científica ciudadana y crear estrategias que promuevan el bienestar para su comunidad, los ecosistemas, la diversidad biológica y los recursos naturales del planeta, la llenan de satisfacción.
“Por medio de estos espacios que nos brindan ISAGEN y Fundación Natura, ha despertado en mi la ganas de dejar un territorio mejor, de devolver un poquito de amor a la naturaleza, tanta felicidad y bienestar que nos ha brindado. Mi mayor anhelo es que mi comunidad se una y juntos recuperemos y sembremos vida a estas fuentes de líquido sagrado. Sé que si trabajamos juntos podremos lograr un lugar mejor para nuestras futuras generaciones”, finalizó Teresa Pedraza.
Esta información hace parte del “Programa para atender la percepción de la comunidad acerca de posibles cambios microclimáticos ocasionados por el embalse Topocoro” y el Proyecto de Monitoreo Climático Participativo en el área de influencia de la Central Hidroeléctrica Sogamoso, desarrollado mediante el convenio 47-681 entre ISAGEN y Fundación Natura.