De acuerdo con el monitoreo de la deforestación en Colombia realizado por el IDEAM, se reportó que durante los últimos años los municipios más afectados con esta problemática ambiental han sido San Vicente del Caguán y Cartagena de Chairá, ambos ubicados en el Caquetá. Es en este departamento se encuentran pequeños y medianos productores de leche, es por eso que con un grupo de ellos, ubicados en La Montañita y El Paujil, se decide llevar a cabo este proyecto piloto que busca identificar cómo hacer trazabilidad en una cadena de suministro de lácteos y qué se necesita para demostrar que es una cadena cero deforestación.
“Hemos tratado de corregir el error que nuestros abuelos cometieron talando árboles. Estamos convencidos de que lo que necesitan nuestras vacas es sombra, alimento y agua, por eso tratamos de sostener los bosques y sembrar”, aseguró Gloria Echeverry, productora de leche y miembro de la cadena de suministro de lácteos en el Caquetá.
Las cadenas de producción involucran diferentes fases por las cuales pasa la leche. Lo ideal es que en cada una de ellas exista un control que regule la calidad del producto y así mismo, las condiciones en las que esta es producida y llega al consumidor final. Esta cadena específicamente inicia con la alimentación y cuidado de las vacas en fincas de Caquetá, de ellas se obtiene leche la cual es vendida a una fábrica que la transforma a quesos, un comercializador los distribuye en Bogotá a ciertos restaurantes, y finaliza en el plato de los consumidores.
Es tan importante cada uno de los eslabones de este proceso que, sin una inspección oportuna, algo podría fallar. De allí nació la necesidad de llevar a cabo una iniciativa que reunió organizaciones como Fundación Natura, Patrimonio Natural, Solidaridad y el Comité Departamental de Ganaderos del Caquetá, para diseñar e implementar un piloto con el cual se logre tener la trazabilidad de producción de lácteos Cero Deforestación en el departamento del Caquetá.
Como primera medida se definieron cuáles son los elementos claves sobre los cuales basar un sistema de trazabilidad desde las fincas, incluyendo buenas prácticas ganaderas, calidad de la leche y actividades de conservación; además se identificaron los factores que hacen viable la gobernanza de la cadena para mejorar la colaboración entre compradores y productores y, así, asegurar la trazabilidad de la producción. Finalmente, se elaboró una estrategia de difusión del proceso de desarrollo del proyecto, y sus principales resultados y aprendizajes.
Este proyecto deja planteadas las características que la cadena debe monitorear para afirmar que es una cadena libre de deforestación. Para ello es importante que los actores tengan la confianza de compartir la información que generan y sobre la cual se podrá demostrar al público y los consumidores su compromiso con la conservación de los bosques Amazónicos. “Nos comprometimos a cuidar la naturaleza, a cuidar el monte, a replicar esto en las fincas, a demostrarle a la gente que había otra alternativa de ganadería más rentable y productiva para su bolsillo, a enseñarle que los árboles ayudan a la productividad con las vacas, a enseñarles a obtener más ingresos y dejar, también, una huella verde en esta vía”, agregó Julián García, Administrador de Lácteos La Arboleda y Parador La Arboleda.
Este proceso se basó en tres ejes importantes. El primero consistió en el acompañamiento técnico, que comenzó por identificar los productores, diagnosticar las fincas y mapearlas por medio de visitas, encuestas telefónicas y fotografías aéreas. Esta información se procesó a través de la aplicación móvil Extension Solution, que permitió medir 172 características a cada una de las fincas, y se contrastó con información satelital para detectar eventos de deforestación mediante el sistema SILVA-CRAS. A partir del análisis de estos datos, se generó un plan de mejoramiento para cada finca.
Para esta primera parte se contó con el trabajo del Comité Departamental de Ganaderos del Caquetá, Patrimonio Natural y Solidaridad Network.
El segundo eje consistió desarrollar espacios de diálogo para generar confianza entre los miembros de la cadena. Se comenzó por establecer unas “reglas del juego” que fueron formalizadas a través de declaraciones de compromiso con el piloto y con la cero deforestación, firmadas por los miembros de la cadena. Luego se identificaron posibles riesgos de conflictos y cómo prevenirlos o mitigarlos, como preparación para la formación de confianza, requisito para negociar acuerdos transparentes. Y este proceso se reforzó con un taller de cuatro semanas realizado de manera remota (vía WhatsApp) como consecuencia del confinamiento obligatorio a causa de la pandemia. En el taller algunos miembros de la cadena se conocieron, y todos se identificaron como actores cruciales en la cadena Cero Deforestación. También compartieron conocimientos e intercambiaron experiencias. Esta segunda parte estuvo a cargo de la Fundación Natura y fue una experiencia enriquecedora, ya que puso a prueba la innovación de la organización en un proceso que normalmente se ejecuta y se fortalece de manera presencial.
El tercer y último eje fue el de divulgación y promoción, que tuvo como objetivo visibilizar el proceso para que los consumidores estén informados sobre el origen y la manera de producir los productos que adquieren. Además, logró que otras organizaciones, gremios y empresas conocieran el piloto y así contribuir al diálogo nacional sobre sistemas de trazabilidad y tener sobre la mesa la posibilidad de replicarlo. Todo se divulgó a través de redes sociales y páginas web de los socios.
Después de llevar a cabo diferentes actividades del piloto se concluyó que, para llegar a tener una buena trazabilidad y la transparencia de los procesos, es importante, además de los aspectos técnicos y las herramientas tecnológicas, reconocer que todos los actores de la cadena de suministro de lácteos dependen de todos, por eso su relacionamiento es clave para comprender la conexión entre la línea de producción y el ecosistema. Además, la diversidad de los actores permitió el aprendizaje de doble vía y favoreció la construcción de las rutas de trabajo. Un proceso que nos hace reflexionar para aprender y adaptarse a los cambios va a permitir el fortalecimiento de una cadena Cero Deforestación en vías de ser sostenible.