Las acciones que se desarrollan desde 2018 en el Piedemonte llanero retoman los procesos que venían implementando y los cuales fueron interrumpidos a causa de la pandemia.
Debido a la emergencia sanitaria declarada en el mes de marzo de 2020, las acciones que se venían desarrollando en un buen ritmo, tuvieron que ser suspendidas, tomando algo más de 5 meses para poder reiniciar y culminar el año con algunos avances en el proceso. Esta situación planteó un gran reto para el 2021, con el fin de recuperar el tiempo y garantizar los compromisos establecidos como parte del acuerdo, de cara a su culminación en el mes de noviembre del presente año.
Fue así, como a finales del mes de febrero se realizó un ejercicio de planificación del equipo del proyecto con el fin de generar una jornada de reflexión frente al trabajo que se ha venido realizando desde que inició el proyecto, revisar el estado de los procesos que se han venido adelantando y finalmente, se definir el plan de acción del año.
Durante esta actividad también se visitaron algunos productores para de conocer sus percepciones, expectativas frente al proceso y culminación de los acuerdos.
Por un lado, hay un agregado social muy importante que fortalece las relaciones y el trabajo en equipo, esto se vio afectado por el distanciamiento durante la pandemia. “Si bien esta es una obligación ambiental que debe cumplir Ecopetrol con la orientación y apoyo de la Fundación, el éxito de esta dependerá del trabajo conjunto que realicemos de manera articulada con los productores”, afirmó Gustavo Segura, jefe del proyecto.
Para motivar a los productores a continuar con los procesos que se vieron interrumpidos, el equipo técnico tuvo que apostarle a otros medios de comunicación. El grupo de WhatsApp fue clave. “Durante ese tiempo hicimos asesorías por teléfono con los técnicos, hicimos unos videos para orientar a los productores sobre cómo hacer algunas acciones, y para retroalimentar, ellos nos enviaban sus videos implementando las acciones. Se pudieron adelantar actividades en algunos predios, otros no avanzaron”, agregó Gustavo.
Ahora, para reforzar estas relaciones, tener la confianza de los productores y motivarlos a avanzar en el proceso, se han planteado algunas estrategias, de las cuales se espera traigan un nuevo aire. Estrategias como premios individuales y colectivos, avance con productores más destacados y nuevas acciones productivas, que en conjunto puedan moverse a través del grupo de WhatsApp para generar cercanía y despertar el interés de productores que se encuentran estancados.
Por otro lado, desde el componente técnico también quedaron procesos pendientes en cuanto a la siembra de material vegetal. ¨La siembra de material vegetal no se pudo concluir porque cuando llegamos, el periodo de lluvia estaba en descenso, ya que allá las lluvias inician entre marzo y abril y terminan en noviembre-diciembre, por eso las épocas de siembra deben ser antes del mes de junio”, aseguró el jefe de proyecto.
Entre las actividades de siembra a realizar durante este año se destacan la siembra de cerca de 2.000 árboles para cercas vivas y bancos de leña, y en cuanto a procesos productivos especies de pastos de corte y leguminosas para cerca de 2 hectáreas de bancos de forraje.
Siendo así, son ambiciosos los objetivos que se tienen trazados para este año, requieren de un trabajo en equipo que apunte a suplir las necesidades que se tienen, a retomar las actividades que quedaron inconclusas y a recuperar el tiempo del cual no se pudo sacar el mayor provecho posible. “Lo que queremos alcanzar con los acuerdos es que los productores protejan áreas de conservación. Esto a través de sus sistemas productivos para que las actividades minimicen el impacto que generan sobre áreas de importancia ambiental”, concluyó Gustavo Segura.