¿Cómo avanzan las compensaciones ambientales de la alianza Cenit y Fundación Natura?

En 2019, Ecopetrol S.A. y Cenit, pusieron en marcha un plan para desarrollar actividades en cumplimiento a las obligaciones y/o medidas compensatorias en nueve departamentos de la Región Andina que hace parte del área de influencia de Cenit como Compañía que lidera el transporte y la logística de hidrocarburos en Colombia.

A través del proyecto: “Compensaciones Ambientales en las Troncales Andina, Central, Occidente y Sur – Cenit”, se llevan a cabo acciones dirigidas a procesos de restauración ecológica de ecosistemas estratégicos de páramo, áreas protegidas de parques nacionales y áreas de importancia ecosistémica para la oferta de servicios ambientales, como por ejemplo la provisión de agua para acueductos municipales.

Según Richard Díaz, Jefe Ambiental de Cenit, dentro de la responsabilidad social empresarial, la Compañía se compromete con el cumplimiento de la legislación nacional en materia ambiental y con resarcir los efectos actuales y futuros ocasionados en el desarrollo de sus actividades misionales.

“A partir de los requerimientos de las autoridades ambientales y de su estrategia de SosTECnibilidad, Cenit participa en las regiones donde opera con recursos financieros, humanos y técnicos con el fin de adelantar acciones de compensación e inversión del 1%”, agregó Richard Díaz.

Según Claudia Céspedes, Jefe de proyecto de la Fundación Natura, a través de esta estrategia se ha desarrollado compensaciones ambientales de diferentes magnitudes en el territorio nacional, permitiendo la recuperación y restauración de ecosistemas de gran importancia ecológica como el páramo y el bosque seco, así mismo, la siembra de árboles ha permitido el enriquecimiento en zonas urbanas y rurales, contribuyendo en la conservación del recurso hídrico y embellecimiento paisajístico para el mejoramiento de la oferta ambiental. De esta forma, 65 predios de personas naturales, entidades territoriales, organizaciones no gubernamentales y empresas privadas, de los departamentos de: Cundinamarca, Boyacá, Santander, Antioquia, Valle del Cauca, Caldas, Risaralda, Nariño y Tolima, fueron los elegidos para la implementación de esta iniciativa.

57 mil nuevos árboles nativos para el Valle del Cauca

“Estamos haciendo ejercicios de restauración, reforestación y rehabilitación de ecosistemas, que son seleccionados por las autoridades ambientales para hacer su recuperación”, explicó Wilson Castro, Coordinador del proyecto en la zona del departamento del Valle del Cauca.

Según afirmó Castro, hasta el momento son 32 mil árboles establecidos y la meta es sembrar 25 mil más, de diferentes especies como: balso, croton, árbol loco, cucharos de tres variedades, aliso, pisamos, flor amarillo, cedros de las tres variedades (cedro rosado, cedro de altura y cedro nogal), guásimo, linde, entre otros.

Dagua, Vijes, Tuluá, Zarzal, La Victoria y Cartago, son los lugares donde más se ha tenido participación en el proyecto; principalmente en Dagua, en el corregimiento de Queremala, “donde están concentrada la mayor cantidad de árboles, que son cerca de 20.000. Aquí hay una particularidad y es que se está trabajando con una asociación de usuarios de un acueducto que abastece a un corregimiento que beneficia a 2.500 personas”, comentó Castro.

Fortalecimiento a la restauración ecológica en el Parque Nacional Natural Serranía de Los Yariguíes

A su vez, en Santander, se está realizando una compensación por sustracción de áreas de reserva forestal del Río Magdalena y para el sistema de transporte poliducto de oriente, a través de la restauración ecológica de 16,14 hectáreas, desarrollada en el municipio del Hato, sobre el predio de

Golcondas, ubicado dentro del Parque Nacional Natural Serranía de Los Yariguíes, según explicó Wilson Castro.

En el departamento del oriente colombiano, se tienen establecidas 3.800 plántulas para sembrar y la meta es lograr las 11 mil, entre: cedro, anime, punte, balso, galapo, croton, alchornea, cedrillo, tagua, tomate montañero, roble, guamo, amargoso, 7 cueros, cucharo, garrocho, gaques, entre otros.

No obstante, este proyecto ha generado retos que van desde la articulación institucional con Cenit hasta el trabajo con la comunidad, para mejorar las condiciones y ampliar los conocimientos sobre la restauración ambiental.

Cundinamarca: involucramiento social para dar sostenibilidad a las acciones

En Cundinamarca, la compensación corresponde a dos puntos fundamentales. El primero es la construcción de unas obras biomecánicas para disminuir fenómenos de erosión en unas microcuencas que son zanjas de infiltración y fosas de sedimentación; El segundo es la siembra de árboles alrededor de las obras biomecánicas que tiene como propósito “reforzar el efecto que estas obras biomecánicas tienen sobre el territorio, aumentar la capacidad de infiltración de los suelos, disminuir fenómenos de erosión y disminuir la sedimentación en la laguna de Fúquene”, dijo el Coordinador del departamento, Javier Sánchez.

Desde 2019, se inició una siembra en dichas obras biomecánicas, que alcanzan un total de 11.400 árboles distribuidos en 49 fincas de tres municipios: Fúquene (25 predios), Suesca (16 predios) y Cucunubá (6 predios).

Dentro de las especies que más se sembraron en Cundinamarca, prevalecen el arrayán, por ser aromático y resistente; jazmín, por su adaptabilidad a las condiciones climáticas de la sabana y flores atractivas; roble, por ser una especie común en el lugar; aliso, por ser una especie icónico en el territorio cundiboyacense; y flor amarillo.

El mayor reto que existe en la región es el relacionamiento con los propietarios, pues, el biólogo del proyecto, Sebastián Rueda, considera que “se debe fortalecer ese vínculo para tener un desarrollo tanto en la conservación de los individuos vegetales, como un desarrollo social con la comunidad”. Para eso, se inició un proceso con una trabajadora social que ayudará a afianzar el vínculo con los propietarios.

En esta compensación, particularmente, se ha visto un crecimiento importante en los individuos sembrados a finales de 2019, ya que pasaron de medir 70 centímetros a alcanzar alturas de entre 2.70 a 2.80 metros. Adicionalmente, se han empezado a ver etapas de floración y de producción de frutos, una señal de que los árboles están en condiciones favorables.

Clima: factor clave en Boyacá

Las zonas de Boyacá en donde se están llevando a cabo los procesos de compensación son: los municipios de Miraflores y Ventaquemada.

En Ventaquemada, se están restaurando 80 hectáreas de un ecosistema clave como lo es el páramo de Rabanal, ubicado en la vereda Montoya. Una obligación que surge del levantamiento de un poliducto que trajo como consecuencia la tala de tres especies: nogal, cyathea y roble.

Para esto, se han sembrado especies nativas de un vivero instalado por Fundación Natura en San José del Gacal, que funciona como invernadero y reúne 4.825 plántulas en bolsa, entre: arrayanes, jarillos,

jaurales, manzanos, espinosos, encenillos, otros. Todas estas son plantas nativas producto de la colecta de semillas en el páramo.

“La meta es sembrar 12.408 plántulas vivas al cierre del proyecto, que va hasta noviembre (…) En septiembre de 2020 se encontró una mortalidad de 3.43% del total, entonces vivas hay el 3.57% que corresponde a 4.538 plántulas”, confirmó Diego Gutiérrez, Coordinador en el departamento de Boyacá.

Mientras que, en Miraflores, donde se cuenta con un ecosistema de bosque húmedo alto andino, la meta es una siembra de 1.183 cyatheas y 21 cedros nogales, para un total de 1.204 plántulas establecidas en un terreno que compró Ecopetrol y cedió a la Alcaldía de Miraflores. El predio se llama Janguata y queda ubicado en la vereda Suna Arriba.

Estos procesos realizados vienen acompañados de un gran reto para el equipo de trabajo, pues no solo el curí del páramo ha contribuido a la desaparición de muchas plántulas, si no que “en un clima más tropical, un poco más cálido o más húmedo, tendríamos plantas de dos o tres metros, pero actualmente tenemos plantas de 40 centímetros. Hay unas que suben a un metro, se queman, y vuelven y empiezan. Además, en tiempos de heladas y sequías, se nos queman muchas de ellas”, explicó Diego.

Sin embargo, se han visto buenos resultados que se dejan en evidencia con la aparición de fauna como aves y pequeños mamíferos, que están volviendo al páramo, indicador de que este ya cuenta con un ecosistema recuperado y de mejor calidad.

Antioquia y belleza paisajística como compensación ambiental

Según Silvia Serrano, Coordinadora en Antioquia, de los 17 procesos de compensación ambiental por obligaciones en la región, la mayor corresponde a 120 árboles, divididos entre zonas privadas, espacios públicos, áreas rurales y urbanas. Sin embargo, afirmó que, desde el inicio en 2019, se han venido realizando siembras y mantenimientos en 1.537 plantas y la próxima siembra de una hectárea en mayo del presente año.

Guayacán amarillo, chirlomirlos, coralitos, guayacán rosado, carboneros y cámbulos, son las especies mayormente usadas en el proceso, de las 17 que se están sembrando, debido a que “es tema de belleza paisajística. Los árboles con flores son llamativos”, agregó.

Para lograr tales compensaciones ambientales en Medellín y su área Metropolitana, “se han hecho trabajos conjuntos para decidir las especies”, pues se requiere una buena relación con los propietarios de los terrenos, lo que constituye uno de los mayores retos del proyecto, pues hay lineamientos para establecer los árboles.

Sin embargo, al lograr el objetivo de la compensación se genera un impacto positivo en la comunicad, eso ha percibido Silva; ya que en la ciudad ven de buena manera el proceso de embellecimiento paisajístico y las mejoras del entorno. Además, manifestó que “en el caso de los propietarios de predios siempre se ha tocado el tema de proteger el agua. Ese es el vínculo positivo que traen las compensaciones”, sostuvo.

Finalmente, la coordinadora destaca resultados importantes, tales como, el crecimiento de los árboles, pues algunos individuos han llegado a alcanzar los cuatro metros; y, además, la apropiación que se ha creado en ciertos lugares que ha hecho que los trabajadores y la comunidad cuiden de estas especies.

El cumplimiento de estas obligaciones ha generado una recuperación significativa en diferentes ecosistemas, han arrojado resultados que no solo benefician a los nueve departamentos donde se desarrollan, sino que también al país, por el gran impacto que genera. Es así como Fundación Natura, yCenit siguen aportando y compensando ambientalmente diferentes territorios, protegiendo su fauna y reforzando su flora.

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