Fortalecimiento de las capacidades locales a guardabosques a través de las compensaciones

Martha Patarroyo Gómez es habitante de la vereda Roble Hueco y vecina de los predios La Esmeralda y Peñas Blancas, en el municipio de Bojacá. Es líder comunitaria y hace parte de la junta de acción comunal como tesorera. Con 37 años se postuló como guardabosque y se vinculó a la Fundación Natura en mayo del 2017.

Desde hace más de un año, Martha ha recibido capacitación en identificación de especies botánicas de bosque alto andino, identificación de fuentes semilleras, trabajo en alturas y primeros auxilios. Así mismo se le ha formado en aviturismo, viverismo y control de fuego. Mediante el desarrollo de su trabajo, ha mejorado sus capacidades de negociación y comunicación, lo que la ha convertido en un referente de su comunidad, como líder y gestora de cambio en su territorio.

El proceso de formación constante que damos a nuestros apoyos locales, transforma la percepción que sus pares tiene sobre su quehacer, les da un estatus en su comunidad y les abre puertas para que puedan desempeñar otras actividades.

El caso de Martha es especial, no por ser mujer sino madre cabeza de familia de dos niños que ha podido involucrar en el desarrollo su trabajo. En palabras de Martha “Desde que trabajo con la Fundación Natura la calidad de vida de mi familia mejoró, no solo desde lo económico, sino desde lo personal, porque mis hijos aprenden de mi trabajo y valoran la naturaleza que tenemos en Roble Hueco que es el lugar en el que están creciendo. Eso para mí es muy importante”.

Por otra parte, gracias a su trabajo como guardabosque, Martha descubrió las potencialidades ecoturísticas de su municipio; además decidió continuar con sus estudios a nivel técnico en el programa de turismo es espacios abiertos del SENA, gracias al proceso que lleva a cabo. “A futuro quisiera seguir trabajando en temas ambientales y trabajo social, ya sea con una fundación o con la alcaldía”, afirma.

Para la Fundación Natura es muy importante trabajar de la mano de las comunidades, la participación de los habitantes no solo da viabilidad y credibilidad a los procesos, sino que también genera capacidades locales y permite prever la continuidad de las estrategias y proyectos una vez la Fundación salga del territorio. Así mismo, la formación y el trabajo que se hace con las personas imprime un valor agregado a los procesos en campo, “Trabajar con la Fundación Natura me ha permitido crecer personalmente y laboralmente, ha dado bienestar económico para mí y para mi familia, también me ha dado nuevas relaciones porque he conocido gente diferente. Este trabajo me ha dado estabilidad en muchos niveles de mi vida” finaliza Martha.

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