En diciembre de 2019, el modelo que adelanta Fundación Natura mediante el proyecto GEF Magdalena Cauca-Vive, fue seleccionado por la UNESCO para ser parte de una red mundial de sitios demostrativos de ecohidrología.
El trabajo de modelación e implementación de alternativas de restauración ecohidrológica en el complejo cenagoso Zapatosa (Colombia), realizado por la organización en el marco del proyecto GEF Magdalena Cauca Vive, fue escogido como sitio demostrativo por el Programa Hidrológico Internacional (PHI) de la UNESCO, tras ser postulado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), entidad socia y punto focal del PHI en Colombia.
Este proceso fue presentado por Beatriz Hernández, coordinadora del componente de gestión de la salud de los ecosistemas, en la reunión anual del PHI para América Latina y el Caribe realizada en septiembre de 2019, en la Isla Galápagos.
Un sitio demostrativo de ecohidrología, es un espacio donde se ofrecen soluciones a problemas ambientales y sociales en torno a la biodiversidad, integrando el agua en la función de los ecosistemas acuáticos, así como las dinámicas y los impactos ocasionados por las actividades humanas y el cambio climático.
Para el caso del Zapatosa, las actividades son: la pesca, la ganadería extensiva y la agricultura de subsistencia, que impactan eliminando la cobertura vegetal natural y afectan la salud del ecosistema acuático.
El complejo cenagoso de Zapatosa es un sistema de ciénagas interconectadas entre sí, a través de caños y canales y se encuentra ubicado en los municipios de El Banco, Magdalena, Tamalameque, Chiriguaná, Curumaní y Chimichagua, en el departamento del Cesar. Justamente en la ruta que evoca las travesías de la piragua de Guillermo Cubillos, navegante que viajó desde Girardot Cundinamarca para encontrarse con una mujer que lo enamoró. Estos paisajes sirvieron de inspiración para que el compositor José Barros creara una de las canciones más icónicas, tradicionales y ampliamente conocidas en el folclor colombiano.
El área del complejo varía desde 200 km2 en época de aguas bajas, hasta 600 km2 en aguas altas, y conecta los ríos Magdalena y Cesar. Es el hogar de diversas especies de fauna y flora, además de ser el lugar al que llegan las aves que emprenden su travesía migratoria desde países estacionales como Canadá. Parte del complejo fue designado sitio Ramsar en 2018, lo que le otorga a la ciénaga la categoría de humedal de importancia internacional, según la Convención Ramsar -un convenio internacional dedicado a la protección de estos ecosistemas; además de ser declarado Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) en 2019.
Sin embargo, la ciénaga de Zapatosa también ha sufrido una degradación ambiental sustancial, producto de actividades como la pesca, la ganadería extensiva y la agricultura de subsistencia, que impactan al ecosistema acuático, generando riesgos para este espacio de vital importancia para la regulación del agua en el país; por lo que es necesario que: organizaciones, instituciones y gobiernos, volteen su mirada y desarrollen iniciativas de restauración ecológica, investigación y vinculación de las comunidades a procesos de conservación.
Es por eso que Fundación Natura, con el apoyo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (FMAM) y entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el IDEAM, Fondo Adaptación y la Corporación Autónoma Regional de Río Grande de la Magdalena (Cormagdalena), entre otras, está implementando el proyecto GEF Magdalena Cauca Vive, que busca contribuir a la conservación de los ecosistemas acuáticos en la macrocuenca Magdalena-Cauca y desarrolla, como uno de sus tres componentes, el PMEH con el apoyo del Centro Nacional de Modelación y el Laboratorio de Calidad Ambiental del IDEAM, en el marco del cual se realiza un modelo del funcionamiento y las características de la ciénaga de Zapatosa.
El desarrollo de estos modelos “nos permite ver entre otros, las relaciones entre las condiciones hidrológicas, la biodiversidad de la ciénaga y las comunidades”, dijo Beatriz Hernández. Proceso que se nutre tanto de la información recolectada en campo, a través de mediciones de variables físicas, químicas, hidrobiológicas, entre otras; como de la revisión de datos históricos, información útil para la formulación de lineamientos para la toma de decisiones de uso, manejo y conservación con enfoque socioecosistémico e implementación de alternativas de restauración ecohidrológica, a través de unidades integrales de mejoramiento pesquero e iniciativas comunitarias de conservación.
El sitio demostrativo incluye la implementación de infraestructura ecohidrológica con alternativas amigables con el ecosistema acuático, tema del que se encargan las comunidades locales quienes emplean, entre otras técnicas, la fitotecnología. Actualmente, se reproducen especies nativas en un vivero que serán utilizadas en procesos de restauración comunitaria y patios productivos que mejorarán la seguridad alimentaria de la población ribereña y la salud del ecosistema acuático.
A partir de este reconocimiento, la UNESCO ha seguido de cerca los avances del proyecto a través de presentaciones por parte de Fundación Natura. Omar Vargas, subdirector de hidrología del IDEAM, destacó que “a través de estas herramientas buscamos restablecer ese diálogo entre los sistemas naturales comunidades e instituciones para lograr un realce de la riqueza ecosistémica de la región”.
El reconocimiento internacional del trabajo del PMEH, dentro del marco del Proyecto GEF Magdalena Cauca Vive, demuestra que las iniciativas ambientales multidisciplinares articuladas a distinta escala pueden ser implementadas con éxito mediante un ejercicio investigativo riguroso, el entendimiento de las problemáticas socioambientales y el trabajo estrecho con las comunidades locales.