Fundación Natura y Fundación Lazos de Calandaima firmaron un convenio con el que se realizará una intervención integral para la microcuenca quebrada La Campos ubicada en los municipios Mesitas del Colegio, Anapoima y Apulo (Cundinamarca), que aporte a la conservación de la biodiversidad, aumente la conectividad y favorezca la provisión de servicios ecosistémicos.
La microcuenca quebrada La Campos cuenta con un área total de 4.981,5 hectáreas y 3 centros poblados: La Victoria y el Triunfo en Mesitas del Colegio, y Patio Bonito en Anapoima. En la zona alta de la microcuenca se encuentra el nacimiento del cauce principal de la quebrada, allí existe una alta presencia de reclitos de bosque andino en buen estado de conservación. Además, el Distrito Integral de Manejo Integrado Cuchillas Peñas Blancas y del Subia, atraviesa una parte de este sector en la zona alta y media, donde hay baja densidad poblacional y en ambas zonas se presentan actividades productivas como ganadería y cultivos.
La zona baja es la de mayor área, alberga mayor población y presenta un alto número de viviendas de recreo, dada su cercanía con Bogotá y la buena infraestructura vial con la que cuenta, también se presentan actividades productivas de ganadería y cultivos.
Mediante recorridos y entrevistas a más de 25 actores, se evidenciaron diferentes problemáticas que están siendo notables en los servicios ecosistémicos de la microcuenca. Destacan la disminución del recurso hídrico, siendo severo en la época seca que va de julio a septiembre y de diciembre a febrero, que compromete el suministro de consumo humano. También, mencionaron que hay prácticas productivas sin criterios ambientales, principalmente la ganadería y la agricultura.
Asimismo, hay preocupación por la disposición de aguas residuales domésticas ya que no se tiene claridad si la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales cubre la totalidad de las viviendas. Además, manifiestan que en varias fincas no se cuentan con pozos sépticos y hay vertimientos a la quebrada de actividades productivas como la cría de cerdos.
A esto se suma que hay poca articulación entre los actores, por ejemplo, no existe una mesa de trabajo ambiental ni de ninguna otra índole que permita fortalecer acciones y propuestas conjuntas de intervención entre los actores, situaciones que generalmente se dan por separado y no de manera articulada.
“El agua es un recurso natural fundamental para la vida y está vinculada con gran parte de las actividades socioeconómicas de las personas, convirtiéndolo así en una fuente de bienestar social y desarrollo económico, también funciona como elemento esencial para una multiplicidad de relaciones ambientales que se dan en el entorno”, aseguró Miguel Otero, Presidente de la Fundación Lazos de Calandaima.
Ante esto, el convenio entre Fundación Natura y Fundación Lazos de Calandaima, que va desde junio de 2022 hasta mayo de 2026, aproximadamente, busca llevar a cabo una intervención integral que permita mejorar el nivel de información sobre la oferta y la demanda del recurso hídrico, fortalecer las capacidades técnicas y tecnológicas de los productores y sus actividades para minimizar los impactos ambientales, también se busca orientar a los tomadores de decisiones que puedan incidir en la disminución de carga de aguas residuales domésticas.
Estas entidades también se propusieron aumentar la conectividad entre las coberturas naturales y fortalecer la articulación entre los actores.
“Esperamos que en los próximos 5 años, hayamos logrado implementar unas estrategias de manejo sostenible de la cuenca y de los servicios hídricos que presta a las comunidades, posicionar un manejo del territorio, enfocado a la protección del agua y de sus nacimientos más importantes, así como trabajar de la mano con comunidades, autoridades ambientales, socios privados y, en general, los actores en la cuenca, en un sistema de gobernanza del agua que permita tomar decisiones sobre el recurso hídrico de manera articulada y orientadas a su conservación”, afirmó Nancy Vargas, Subdirectora técnica de Fundación Natura.
Para lograrlo, se implementará una estrategia para la gestión integral de la cuenca y de la protección de los servicios ecosistémicos, con un especial énfasis hacia la protección del agua, elemento fundamental para la salud de las personas, los modos de vida locales y las actividades productivas.
“Buscamos que la microcuenca de la quebrada La Campos sea un espacio que reúna a redes de diferentes actores incluyendo las administraciones municipales, el sector privado, la comunidad y los pobladores, entorno a su restauración ambiental como una forma de conservación del ecosistema y los recursos naturales de la región. Lo anterior, con la intención de minimizar los impactos ambientales que generan las actividades productivas, así como la carga de aguas residuales domésticas y en la que, además, se aumente la conectividad entre coberturas naturales a partir de acciones de restauración, rehabilitación y recuperación”, mencionó Nicolás Uribe, director de la Fundación Lazos de Calandaima.
Es así, como consideran a la comunidad no solo como los principales beneficiarios sino también como aliados estratégicos para la recuperación de la microcuenca de la quebrada. “El rol de la comunidad es fundamental, pues ellos son actores muy importantes en las decisiones sobre la cuenca, sobre el recurso hídrico y sobre el manejo productivo de sus fincas, con este proyecto queremos trabajar por su bienestar y medios de vida propios, apoyarlos para un manejo más sostenible y articulado con otros actores, de la cuenca, para proteger la biodiversidad y los servicios que les brinda”, concluyó Vargas.