Trabajando juntos por un territorio sostenible: Hotel Experiencia Viva

Andrea Vargas es una paisa, trabajadora y soñadora que tiene un compromiso profesional y personal con promover el ecoturismo y la sostenibilidad en el Hotel Experiencia Viva, que está situado en el corregimiento La Danta, en el municipio de Sonsón, Antioquia. Allí, junto con la familia de su esposo, han decidido ser parte de Huella Viva, un proyecto de Fundación Grupo Argos en alianza con Fundación Natura, Cornare, el Instituto Humboldt, Celsia, Fundación Amazonas y Portafolio Verde, que está implementando acuerdos de conservación, restauración y producción en la cuenca alta y media de Río Claro, en el magdalena medio antioqueño.

Dentro de las estrategias de reconversión productiva, que es la transformación voluntaria hacia una producción agropecuaria diferente a la actual, se destaca la ganadería regenerativa, donde el objetivo es maximizar la rotación de potreros para controlar el tiempo de permanencia de los animales en cada lote. De esta manera, el suelo se beneficia de las excretas de los animales promoviendo mayor actividad microbiana, la cual es importante para mejorar la fertilidad del suelo, y la nutrición de las plantas, que son cultivadas para hacer bancos de forraje que se transforman en alimento para los animales, circunstancia que finalmente impacta de manera positiva en el aumento de peso del ganado. Así se satisfacen sus necesidades, y por ende los propietarios no tienen que abrir nuevos potreros para pastizales en las áreas de bosque.

Otra de las estrategias son las huertas caseras: “Se destinan unas partes de aquí, del hotel donde se pueda sembrar muchas hortalizas, lo que pueda pegar aquí, pues por ejemplo lechuga, pimentón, pepino, ají, cebolla, cilantro. Y eso lo hacen básicamente para el consumo del restaurante del hotel, como para brindar una alimentación más orgánica, de mejor calidad a los comensales”. Expresó Andrea.

Los técnicos y capacitadores se encargan de enseñarles a los campesinos todo el proceso de siembra, así como, que insecticidas orgánicos pueden preparar y usar. Y cuando las hortalizas se están marchitando, muriendo o siendo invadidas por alguna plaga, se les explica qué medidas tomar, y eso, para la señora Vargas, ha sido fundamental: “El acompañamiento de la Fundación Natura ha sido un compromiso total”.

Pero sin duda, hay una estrategia que está generando especial atención, se trata de la apicultura: Una actividad productiva enfocada en la crianza y protección de las abejas para el aprovechamiento de sus diversos productos naturales como la miel, el propóleo, el polen, la jalea real, que son utilizados tanto para el consumo como para la elaboración de medicinas y cosméticos.

En el Hotel Experiencia Viva, que cuenta con 27 hectáreas de bosque, se unieron al proyecto desde noviembre de 2021 con tres colmenas, suministradas por Huella Viva con acompañamiento técnico de la organización Miel Samaná. Hoy en día ya cuentan con 5 de las 6 colmenas  que tienen proyectadas, de acuerdo con la capacidad de crecimiento de las   colmenas: “En unos cinco años, aproximadamente, nosotros tenemos como visión tener un espacio muy amplio del apiario como tal, porque queremos comercializar la miel, venderle a nuestros visitantes productos que sean netamente cultivados aquí en nuestros predios” Aunque para Andrea, la motivación va mucho más allá del tema económico: “El beneficio mayor es el tema de la conservación, ya que las abejitas nos ayudan con toda la polinización. Y de hecho nosotros hemos sembrado flores también para ellas, como para ayudarles un poquito más. Entonces, nos ayudan a la conservación de toda la flora que hay acá en el bosque”.

Pero el compromiso ambiental de Andrea y la familia Salazar, la familia de su esposo, no para allí. Ellos son los primeros en la fila cuando hay algún programa que aporte al ambiente y a la protección de la vida silvestre: “En el corregimiento ya nos conocen como protectores de la fauna, entonces ya han venido a liberar, por ejemplo, zarigüeyas y martejas – que son monos nocturnos – porque saben que van a estar en un ambiente tranquilo, en un hábitat seguro”.

Incluso, toman acción por cuenta propia al tener un sistema de reciclaje y aprovechamiento de residuos en el hotel para que al relleno sanitario vaya la menor cantidad posible de desechos. Además, hacen compostaje, que es un proceso mediante el cual se transforma la materia biodegradable en abono natural para la tierra: “Como es un proyecto familiar, pues le hemos metido mucha alma y mucho corazón a todo lo que se puede desarrollar aquí. Teniendo en cuenta que es un lugar campestre donde estamos rodeados de un bosque que está en conservación, donde hay mucha flora, mucha fauna y nosotros nos hemos dedicado a cuidar toda esa biodiversidad” dice Andrea orgullosa.

Sin embargo, siente que todavía hay mucho por hacer, uno de sus sueños es crear un espacio donde se realicen talleres de cuidado ambiental con toda la comunidad, especialmente con los niños, para que a través de la educación haya más concientización. Y confía que sigan existiendo programas, como los de Fundación Natura, que les permita seguir trabajando juntos por un territorio sostenible.

 

Por: Lorena González Linares

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